miércoles, 28 de enero de 2015

Dudarte tanto.

Eres o no eres. Te gusta o no te gusta. Tienes o no tienes. Estás o no estás. Crees o no crees. 
Destino o casualidad. Cariñoso o no. Te quedas o te vas. Perro o gato. Izquierda o derecha.
 Arriba o abajo. Tarde o temprano. Te lanzas o no. Siempre o nunca más. 

Hacia delante o hacia atrás. Tinto con limón o blanca. Blanco o negro. Solo o con azúcar. 
Frío o caliente. Otoño o primavera. Aceleras o frenas.

 Dulce o salado. Ganas o pierdes. Naranja o limón. Arena o mar. Espera o es manzana.
 Una cosa o la otra. Pero nunca las dos. 
Y nunca el punto intermedio. 

Decides, eliges constantemente, todos los días es Sí o No. Hasta que llega: Azul o rojo. Y te dan ese lápiz Faber-Castell© que tiene los dos y es tu perdición. Le das vueltas y vueltas entre tus dedos, azul o rojo, porque no pueden ser los dos a la vez. Estás en ámbar y tienes que decidir si sigues o te paras. ¿Azul o rojo? ¿Rojo o azul? (Dudarte tanto es otra forma de morir) Rojo. Azul. Azul sí. Pero es que el Azul no te da lo que tiene el Rojo. Creo que Rojo. Y entras en punto muerto, ahí es donde me pierdo. Porque para mí el caos llega cuando los semáforos se apagan y todo vale.


Decidir es difícil. Decidir acelerar y jugártela es difícil, decidir pararte es difícil porque puedes desear haber acelerado. Que entiendo que una vez eligieras Naranja y te saliera un poco Limón. Que yo también me sé la de Arena y Sal, y a veces digo casualidad cuando no paro de repetir que todo el mundo entra en tu vida en el momento justo. 
Que no todo es blanco o negro porque nosotros estamos en Gris y no sabemos si nos van a subir el brillo o lo van a bajar, pero tarde o temprano (elige otra vez) hay que decidir. Porque a veces no es ni blanco ni negro, sino Blanco Y Negro, que no pasa de moda y estará siempre, pero yo necesito saber cómo vestir.

Así que sí, entiendo que es difícil y lleva un tiempo decidir. Y por cierto, las manzanas me resultan aburridas, por eso me dije Espera.

1 comentario:

  1. Una reflexión interesante.
    La verdad es que a veces nos preguntamos qué debemos hacer, si apostarlo todo a una carta, o sencillamente no hacer nada.
    Y el problema de todo ello es que nadie tiene la respuesta correcta. Y yo pienso que esto es porque no hay algo bueno o malo, la decisión que tomes te conducirá a un camino. A tu camino.
    ¿Aceleras o frenas?
    ¿Ganas o pierdes?

    Un saludo :)

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