Eres o no eres. Te gusta o no te gusta. Tienes o no tienes.
Estás o no estás. Crees o no crees.
Destino o casualidad. Cariñoso o no. Te quedas o te vas. Perro
o gato. Izquierda o derecha.
Arriba o abajo. Tarde o temprano. Te lanzas o no. Siempre
o nunca más.
Hacia delante o hacia atrás. Tinto con limón o blanca. Blanco o
negro. Solo o con azúcar.
Frío o caliente. Otoño o primavera. Aceleras o
frenas.
Dulce o salado. Ganas o pierdes. Naranja o limón. Arena o mar. Espera o es manzana.
Una cosa o la otra.
Pero nunca las dos.
Y nunca el punto intermedio.
Decides, eliges constantemente,
todos los días es Sí o No. Hasta que llega: Azul
o rojo.
Y te dan ese lápiz Faber-Castell© que tiene los dos y es tu perdición. Le das vueltas y
vueltas entre tus dedos, azul o rojo, porque no pueden ser los dos a la vez.
Estás en ámbar y tienes que decidir si sigues o te paras. ¿Azul o rojo? ¿Rojo o
azul? (Dudarte tanto es otra forma de morir) Rojo. Azul.
Azul sí. Pero es que el Azul no te da lo que tiene el Rojo. Creo que Rojo.
Y entras en punto muerto, ahí es donde me pierdo. Porque para mí el caos llega
cuando los semáforos se apagan y todo vale.
Decidir es difícil. Decidir acelerar y jugártela es difícil,
decidir pararte es difícil porque puedes desear haber acelerado. Que entiendo
que una vez eligieras Naranja y te saliera un poco Limón. Que yo también me sé la
de Arena y Sal, y a veces digo
casualidad cuando no paro de repetir que todo el mundo entra en tu vida en el
momento justo.
Que no todo es blanco o negro porque nosotros estamos en Gris y no sabemos si nos van a subir
el brillo o lo van a bajar, pero tarde o temprano (elige otra vez) hay que
decidir. Porque a veces no es ni blanco ni negro, sino Blanco Y Negro, que no pasa de moda y estará siempre, pero yo
necesito saber cómo vestir.
Así que sí, entiendo que es difícil y lleva un tiempo decidir.
Y por cierto, las manzanas me resultan aburridas, por eso me dije Espera.
Una reflexión interesante.
ResponderEliminarLa verdad es que a veces nos preguntamos qué debemos hacer, si apostarlo todo a una carta, o sencillamente no hacer nada.
Y el problema de todo ello es que nadie tiene la respuesta correcta. Y yo pienso que esto es porque no hay algo bueno o malo, la decisión que tomes te conducirá a un camino. A tu camino.
¿Aceleras o frenas?
¿Ganas o pierdes?
Un saludo :)