miércoles, 14 de octubre de 2015

Declaración de intenciones

Hace rato que me apetece apetecerte. Asómate a mis ojos si aún no has comprendido lo que quieren, ¿qué te pasa que no me dejas quererte?

Cuando una cosa está empezando lo que esperas es que vaya viento en popa, creciendo y aprendiendo cada día. Ahora es el mejor momento que hay de vivir como si el tiempo nos debiese algo, como si fuese nuestro, exigiéndole al contado lo que nos pertenece.


No pretendo vivir bajo tu sombra, ni que tú lo hagas bajo la mía. De mi boca no saldrán discursos ni promesas, porque no soy yo quien debe hablarte.

 Eres tú quien debe descubrirme. 

Nada tiene el mismo valor con palabras que lo que se da con hechos. Vengo con la intención de que te levantes, sonrías y veas que aquí están pasando cosas.

No esperes que empiece a contar los días que faltan para llegar a sumar meses, basta con que pase el tiempo, el que te aseguro que tendremos, y decidamos recordar un solo número estable.


No esperes que espere a una ocasión especial, prefiero brindar por todas y cada una de las cosas que pasan a lo largo de un día normal. 

Prefiero los detalles "porque sí " que marcan la diferencia.

Tengo la intención de escribir en un papel una lista de planes con la única condición de ir despacio.

Me arruinan las prisas y la falta de estilo. 

Duraremos tanto como duren el camino y sus vistas, con pasos hacia delante, poquito a poco si quieres, pero camino solo se hace al andar. El camino y sus vistas lo son todo.


Quiero verte con ganas. Quiero que ganes al verme. Y verte con las ganas de que gane al verte.

Quiero un querer sin depender y que sepamos atar cabos con las cuerdas de la confianza, sin doble dirección de las palabras ni celos enfermos.


Tengo la intención de seguir tomando nota y que apuntes mis manías, de llevarte la contraria y que me saques de quicio, hasta que decida que mereces que te muestre mi lado más frágil, ese que apenas nadie conoce.


Rumbo a empezar, conozco un lugar no muy lejos de aquí. Si quieres facturo este invierno, te vuelvo a sacar de golpe Febrero. Pongo mi mano en tu mano. Vengo a decirte que de estufa, me tienes a mí.

Te propongo ser tu mejor confidente y compartir desayunos de miradas. 

Prometo encargarme de besarte a media luz, pero no alimentaré el vicio que tiene la gente de compartirlo todo a diestro y siniestro. Es mejor insinuar que enseñar, y quien dijo que, el truco está en hacer que se pregunten por qué, llevaba toda la razón.


Te mentí, no estoy al margen. Y no se me ocurre ninguna excusa, no necesito encontrarla. Precisamente porque yo tampoco quiero estropearlo, declaro que no me voy a ninguna parte.

Volvemos a lo que realmente importa.

De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.

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